Los riesgos de desastres asociados al clima son una causa de sufrimiento humano, de pobreza y de reducción de oportunidades futuras. Sabemos que las amenazas hidroclimaticas se intensificaran, algunos indicadores locales ya evidencian esta tendencia. En el norte del Perú la pobreza esta íntimamente relacionada con la exposición reiterada de las poblaciones vulnerables a múltiples amenazas como las lluvias intensas, inundaciones, Fenómeno El Niño, sequías, friajes y heladas. Desde el Fenómeno El Niño 97-98 a la fecha, el norte del Perú ha sido declarado en emergencia todos los años.
Lo que se explica de una parte por la recurrencia y mayor intensidad de las amenazas o peligros hidroclimáticos, y de otra por el incremento de la vulnerabilidad existente en la sociedad como resultado del modelo económico imperante.
Lo que se explica de una parte por la recurrencia y mayor intensidad de las amenazas o peligros hidroclimáticos, y de otra por el incremento de la vulnerabilidad existente en la sociedad como resultado del modelo económico imperante.
La vida de hombres y mujeres del campo se ve afectada drásticamente por los daños y perdidas que vienen produciendo sobre sus medios de vida por sequias, inundaciones y friajes. La actividad agropecuaria, base de las economías de las familias de pequeños(as) productoras(as) rurales es altamente sensible a los impactos del clima, al desarrollarse con una serie de limitaciones en un contexto de pobreza creciente donde el Estado poco presente, imposibilita un proceso de adaptación basado en el ejercicio de derechos ( agua, suelo, subsuelo, bosques, atmósfera ) y desarrollo de capacidades. Hoy en dia, en estos territorios hay una fuerte presión de las empresas transnacionales en el marco de la firma de los TLC para explotar los recursos.
Las mujeres rurales señalan que sienten el cambio climático y la crisis financiera en la olla. La vulnerabilidad de las familias y especialmente de las mujeres rurales se expresa en la ausencia de políticas económicas de desarrollo de la pequeña agricultura, los conflictos por el uso del suelo , pobreza que nos les permite invertir en el mejoramiento de sus parcelas, poco acceso a la capacitación , poco conocimiento de sus derechos, mujeres rurales con poco acceso y control de los recursos productivos, que conjuntamente con otros factores incrementan el riesgo de desastres frente a lluvias intensas, inundaciones y sequías.
En ese contexto las mujeres rurales una vez que terminan de recoger sus reducidas cosechas, se emplean como jornaleras en las parcelas de las empresas agroexportadoras por un ingreso precario, cuyo destino es la compra de algunos productos de primera necesidad para preparar los alimentos para todos los miembros de la familia.
La juventud de ahora no se alimenta como nosotros, comenta doña María Baltazara, de 79 años de edad, agricultora del valle del río Motupe "ahora hay menos comida en la chacra, el clima y las plagas y enfermedades se llevan gran parte de nuestro trabajo en el campo. No hay plata para comprar comida, todo sube de precio "Hace dos años que ya no puedo preparar la sopa de vainas de algarroba con la que me criaron. En el bosque seco desde hace dos años se presenta una niebla baja llamada “cerrazon” y al día siguiente las flores de nuestros algarrobos amanecen en el suelo y ya no hay vainas de algorroba. Ahora no tenemos algarroba para alimentarnos y alimentar nuestro ganado.
María Baltazara es una de las mujeres sabias, conocedora de todos los tramos críticos del río Motupe, ella fue la guia de nuestro recorrido por los lugares donde se desborda el río Motupe, caserío Pampa de Lino, distrito de Jayanca. María Baltazara nos comenta que durante el Fenómeno El Niño 82 -83 su esposo decidio abandonar la zona de inundación y le construyo su vivienda en una zona segura en la "huaca" y desde esos años ya no ha vuelto a perder su vivienda, ahora las inundaciones afectan sus terrenos de cultivo. Asi mismo señalo que su buena salud se debe al buen trato que recibio de su esposo, " soy de las pocas mujeres a quien el esposo no maltrato"
Chiclayo, 20 de Abril 2009


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